Gracias a comentarios de unos amigos, decidimos irnos prontamente de San Francisco para hacer el Parque Nacional Yosemite, lugar que habíamos pasado por alto en nuestro viaje desde Las Vegas y al que nos habíamos quedado con muchísimas ganas de ir.
En la misma tarde que lo decidimos, extrajimos el correspondiente dinero del cajero, averiguamos moteles baratos en ciudades cercanas por si no estaba disponible la opción de quedarnos en el mismo parque (ya que la página web no habilita a reservar el mismo día), agregamos conductores adicionales al auto para poder turnarnos y viajar más tranquilos, cargamos una mochila con lo mínimo, hicimos compras para cenar en el camino y tener para desayunar al otro día y salimos.
Tal como nos recomendaron, reservamos por teléfono en el Evergreen Lodge, una carpa para 4 personas a la entrada del parque en la zona este. Nos enviaron las indicaciones de cómo llegar al mail ya que, según ellos y están en lo cierto, el GPS no te dirige bien en el último tramo.
Luego de 4 horas de viaje llegamos a eso de la 01 de la madrugada y vimos que la recepción estaba cerrada. Hacía mucho frío.
Tal cual nos vaticinaron estos amigos, al estar la recepción cerrada debía buscar un buzón de madera. Dando la vuelta a la casona lo encontré, al levantarle la tapa se divisaba un sobre pequeño a mi nombre y un walkie-talkie al lado que decía "en caso de alguna duda o emergencia, utilizar"
Corriendo llegué al auto donde estaban refugiados los demás del frío para abrir el sobre junto con ellos. Dentro había una carta solicitando disculpas por el cierre de la recepción, las precauciones que debíamos tener, el mapa del Evergreen, la ubicación de nuestra carpa y la contraseña para el candado que tranca los lockers anti osos.
Resulta que cerca de los baños y también en otras partes del parque vimos que existen estos lockers donde guardar cualquier tipo de comida, bebida o algo que tenga aroma de modo que los osos no se sientan atraídos a lugares donde hay personas.
Con la grata noticia de las posibles visitas de osos, que dio lugar a un montón de bromas y chistes hasta quedarnos dormidos, amanecimos en la carpa.
La carpa tiene unas dimensiones en la que se entra de pie sin problema. Trae 4 colchones, sobres de dormir, y al pie de la cama, individual, existe un bolso con una toalla (el baño está en excelentes condiciones y climatizado), una funda para la almohada y otro sobre de dormir polar que va pegado al cuerpo por las bajas temperaturas que se alcanzan en la noche.
El día fue gélido en general, sobre todo la mañana, en la que nos tuvimos que poner absolutamente toda la ropa que teníamos a mano.
En el centro de información de donde nos hospedábamos nos recomendaron visitar Yosemite Valley y asimismo nos otorgaron un itinerario con todas las actividades de las semanas siguientes: fogones, películas, charlas, cursos diversos. Daban ganas de quedarse más días.
Ingresamos al parque por la entrada este. La entrada se cobra por auto y cuesta US$30.
Con el auto ascendimos primero hacia el Glacier Point, un mirador elevado 2.200 metros con unas vistas hermosas donde repentinamente comenzó a nevar. Sublime.
Luego visitamos el Yosemite Valley donde se aprecian cascadas, lagos, paisajes increíbles y si se tiene suerte algún que otro integrante de la profusa fauna que habita el valle.
[ Cascada Nevada. Yosemite Valley ]
Pasado el mediodía salimos hacia Mariposa Grove, un bosque donde se encuentran más de doscientos ejemplares de secuoyas gigantes. Allí se encuentra el Grizzly Giant, un árbol que alcanza más de 60 metros de alto y es famoso por su volumen (aclaro no por su altura o ancho). Estuvimos hasta que se puso el sol retornando ya entrada la noche felices de haber podido tener una muestra de ese hermoso parque aunque sea por un día.
hermoso, gracias por compartir...
ResponderEliminarhermoso, gracias por compartir
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