Chicago es conocida como la ciudad de los vientos y tan solo con un día de visita se entiende la razón. El primer día con calor, el viento era soportable, pero los días restantes llovió e hizo mucho frío, intensificado aún más por el viento.
Antes de comenzar el viaje, siguiendo recomendaciones de compañeros de generaciones anteriores, ya habíamos hecho la reserva de la casa en la que nos íbamos a alojar, ya que las opciones cercanas al Loop (la zona financiera, de teatros y tiendas delimitada por el Rail "L": los trenes públicos sobreelevados que generan un circuito cerrado) son costosas y se agotan pronto.
En este caso, para recorrer esta ciudad, decidimos no alquilar ningún vehículo ya que las obras se encuentran mayoritariamente en el Loop mencionado anteriormente.
Para trasladarse en metro, se puede sacar una tarjeta llamada Ventra (US$ 33 para 7 días. US$ 5 cuesta la tarjeta sola). Es una tarjeta por persona, digo esto porque intentamos aplicar la viveza charrúa y logramos pasar hasta 7 personas con una misma tarjeta pero pronto se quedó con saldo negativo. Lo mismo si por varios días pasan 2, se termina el saldo en la mitad del tiempo.
En la zona del Loop y en sus alrededores visitamos una enorme cantidad de obras.
Dentro de las turísticas, inmersas en el amplio Millenium Park, se encuentran: The Crown Fountain y el Cloud Gate. La primera, un homenaje a la gente de Chicago, cuya belleza se aprecia más en la noche y más aún si llovió, ya que se reflejan las imágenes en el suelo. El Cloud Gate (conocido popularmente como "the bean": el poroto) es una escultura elíptica donde se reflejan de una forma cóncava-convexa el paisaje que lo circunda conformado, en este caso, por algunos rascacielos y el cielo así como también los espectadores de la obra.
En el mismo parque visitamos además el Art Institute of Chicago Modern Wing cuya ampliación es de Renzo Piano y el Jay Pritzker Pavillon de Frank Ghery, en el que nos quedamos con ganas de vivir algún espectáculo con la controversiales y expresionistas curvas de acero de fondo.
[ Jay Pritzker Pavillion. Frank Ghery. 2005 ]
Entre tantas obras que divisamos en el Loop y próximo a éste visitamos varias obras de la escuela de arquitectura de Chicago como el Chicago Building, el Sullivan Center de Louis Sullivan; así como también contemplamos otras como el Inland Steel Building de la firma Skidmore, Owens y Merril y el complejo del Federal Center donde en un sector de la plaza se ubica una escultura del conocido artista estadounidense Alexander Calder.
[ Jay Pritzker Pavillion. Frank Ghery. 2005 ]
Entre tantas obras que divisamos en el Loop y próximo a éste visitamos varias obras de la escuela de arquitectura de Chicago como el Chicago Building, el Sullivan Center de Louis Sullivan; así como también contemplamos otras como el Inland Steel Building de la firma Skidmore, Owens y Merril y el complejo del Federal Center donde en un sector de la plaza se ubica una escultura del conocido artista estadounidense Alexander Calder.
Para contemplar Chicago desde lo alto se puede acceder, dentro de la torre John Hancock Center, al restaurante y bar en el piso 93. Previo a tomar el ascensor solicitan tu documentación para corroborar que alcances la mayoría de edad. Al restaurante solo se accede con reserva previa, pero en el bar por US$ 8 se puede pedir o una tarta, o un té, o una cerveza o alguna otra bebida y ya de paso se disfrutar la vista si se consigue asiento próximo a los ventanales. En el piso 94 existe un mirador de 360º al que se accede pagando una entrada de US$ 18 y que funciona hasta las 23hs.
Asimismo en la Sears Tower (Willis Tower) el piso 103 oficia de mirador y tiene además, dos particulares balcones íntegros de vidrio, en los que la gente hace cola para fotografiarse. Ya a la hora de cierre (22hs) no hay tanta gente y se puede disponer de tiempo para apreciar las vistas que se tienen desde allí. La entrada cuesta casi US$ 20 por persona y no los vale. Se puede ingresar sin problemas con el carnet de prensa.
Fuera de las inmediaciones del Loop visitamos el campus de unas de las universidades más prestigiosas en cuanto a enseñanza e investigación tecnológica (después del MIT de Boston) la IIT (Illinois Institute of Technology).
Afortunadamente llegamos en los días posteriores a las pruebas finales, lo que implicó ver muchos de los trabajos de fin de curso expuestos y la mudanza de los estudiantes, ya que luego que terminan los exámenes tienen muy poco tiempo como para dejar vacía su habitación hasta que se le asigne otra en el inicio de curso entrante.
Allí estuvimos en el Mc. Cormick Tribune Campus Center del arquitecto holandés Rem Koolhaas. Es una obra imperdible.
Por si es de relevancia el dato, dentro hay 3 lugares para almorzar de distintos precios, uno de ellos accesible en el que la recarga de agua es gratuita.
Previo al ingreso, con el mate como inicio de la conversación, conocimos una chica argentina que estudia arquitectura allí, acompañada de su madre que había venido a ayudarla a retirar las cosas de su dormitorio. Ellas nos contaron el funcionamiento del IIT, de la carrera de arquitectura y demás. Asimismo a la salida, de casualidad, nos encontramos con una uruguaya que estudia allí, amiga de un compañero de viaje, que también nos contó desde su punto de vista cómo era vivir y estudiar allí y además nos recomendó una serie de lugares a visitar.
Recorrimos el Crown Hall de Mies Van der Rohe, donde dadas la fecha en la que acudimos, pudimos ver expuestos trabajos de fin de curso de la carrera de arquitectura y también trabajos del bachillerato del IIT con cuya aprobación se tiene acceso directo a la IIT sin pruebas de ingreso previo.
Algunas de nosotras, aprovechando la mudanza y el ir y venir de los estudiantes, nos dirigimos al State Street Village con la intención de conocer sus instalaciones. Uno de los 3 porteros nos dejó ingresar a la planta baja y aprovechando el despiste tocamos a la puerta de uno de los dormitorios al azar, probando suerte y por si nos abrían. Allí nos recibió Ben, un estudiante de medicina chino al que mientras le contábamos la historia del "estudiante de arquitectura que viene de lejos y que admira esta obra" nos íbamos adentrando al dormitorio. El muchacho seguramente no llegó a entender cómo en menos de dos minutos tenía en el cuarto tres uruguayas que hacían preguntabas sobre la habitación, tocaban los muebles y los vidrios y sacaban fotos interrumpiendo su entretenido juego de batalla de aviones en la computadora y se marchaban sin más.
Un día en particular, acordado previamente con el equipo docente, viajamos 90km al sur de Chicago a visitar la casa Farnsworth de Mies Van Der Rohe; la cual no detallamos a continuación ya que consideramos merece un post adicional exclusivo.
A 15 km del loop de Chicago se encuentra la emblemática casa Robie a la que se accede mediante reserva previa por internet. En esta oportunidad, lamentablemente estaban refaccionando algunos muebles, es por ello que si bien la casa se podía apreciar en su esencia, se sentía una especie de vacío en algunos espacios.
Otro barrio que nos encantó conocer fue Oak Park, donde se encuentra la mayor concentración de patrimonio arquitectónico de Frank Lloyd Wright reflejándose claramente en éste su particular "estilo de la pradera". Existe una audioguía cuyo trayecto inicia en su Casa Estudio y transita el pintoresco barrio y se detiene en cada una de sus obras. Muy recomendable. Asimismo existen visitas guiadas a la Casa Estudio. Ambas entradas se pueden gestionar desde la web.
Al finalizar fuimos hacia el Unity Temple, también de Wright, por lo que averiguamos hasta junio de este año se puede ingresar únicamente al interior con agenda previa ya que cerrará hasta fines del 2016 por restauraciones diversas.
Luego de 6 intensos días en Chicago mayormente lluviosos y con un frío de alrededor de 8ºC volamos hacia Phoenix donde nos esperaba una interesante temperatura de 34ºC sin humedad.
amor precioso relato, recibí tu tarjeta una alegría !!!!!!
ResponderEliminarPRECIOSO EL CONTENIDO, ADEMÁS ESTOY MUY FELIZ PORQUE RECIBÍ TU TARJETA, LOSQUIERO.....
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